2001
Exposición "Labuga"
Exposición individual en Galería-Lobby Instituto Guatemalteco Americano IGA 2001 Expone en el IGA veinte fotografías y una visión Por GUILLERMO MONSANTO Publicado el 26 de agosto de 2001 a las 0:08h El Instituto Guatemalteco Americano ha desarrollado durante el 2001 un ambicioso programa cultural en el que han cabido propuestas de diverso género. La actividad, liderada por el celebre director y actor Dick Smith, Ana Silvia Ramírez y un equipo de primera, en el que participan desde técnicos hasta especialistas en medios de comunicación, ha fructificado en la presentación de artífices de trayectoria reconocida y la promoción de jóvenes valores, como lo es el caso de Claudio Vásquez. Esta es la primera vez que Vásquez se decide a seleccionar trabajos para exponerlos juntos al escrutinio del público. Su fotografía, se nota, posee ya lo añejo de algunos años de acción y la frescura de quien ve el mundo con soltura, pero con ojo certero, con visión de artista. La colección elegida para la conocida sala del IGA se caracteriza por el ejercicio y el pleno dominio de valores. De entre estos destaca la definición de formas y la captación del color de la cultura garífuna guatemalteca, no como elementos de mera referencia, sino como fuentes creativas y excitantes. La figura humana es tratada sin rodeos. Los objetos, los frutos, guardan su naturaleza tropical pero adquieren otras connotaciones más plásticas que permiten hacer volar la imaginación hacia las emociones idealizadas de su autor. Hay en ellas algo lúdico. El material fotográfico de Claudio Vásquez no requiere de mayores presentaciones, habla sólo. Transmite. El conjunto es acaudalado por la variedad del contenido. Es afín debido a que retrata elementos que son cotidianos y a la vez ajenos. Que dan curiosidad por el alto contenido exótico. Fotografías llenas de vida, alegría. Con vistas diversas de un mundo configurado por la música, el agua, la natura, la luz. Posee unidad debido al nervio que controla los elementos plásticos. Es así como los frutos pasan a ser la fuente de la que decodifica el color. El ser humano es su foco de vivencia, es la experiencia en la que deja pasar de largo las obvias manos encallecidas del pescador para evidenciar su espíritu de navegante, la sonrisa humana del hombre y la mujer que viven en libertad. De la naturaleza capta la fuerza en continua armonía con la civilización. En continua guerra con la polución. Claudio Vásquez sabe matizar la eterna lucha de la sociedad constructora versus la naturaleza regeneradora. Contrapone sus elementos, los enfrenta y la mejor manera para hacerlo es la complementación que encuentra entre ellos. El drama queda solucionado en la selección realizada por la intuitiva visión del artista. En la decisión del momento exacto. En la capacidad innata que posee para comprender el problema y mantenerlo resuelto de toma en toma. Veinte fotografías, una visión. Vásquez Bianchi viene para quedarse y aportar a su generación material de discusión.
2002
Exposición "Fragmentos de viaje"
Exposición individual en Galería Instituto Guatemalteco Americano IGA 2002 Las fotos de Claudio Vásquez Por GUILLERMO MONSANTO Publicado el 27 de octubre de 2002 a las 0:10h Vásquez presenta su segunda propuesta fotográfica en la sala de exposiciones del Instituto Guatemalteco Americano (IGA). Esta colección, compuesta por 16 piezas, incluye trabajos cuya clara intención es atrapar patrones lineales comprendidos en la naturaleza y otros juegos visuales implícitos en las modificaciones que el humano ha generado con su constante intervención en el medio ambiente. Lo que este fotógrafo capta en sus impresiones luce cercano al dibujo, debido al interés que mantiene por las perspectivas lineales. Entre los trabajos se distinguen fotografías con imágenes llenas de trazos que se distancian paulatinamente creando formas contorneadas por sombras que a su vez se convierten en nuevos perfiles. Soluciones abstractas que toman su sentido en el panorama multicolor que emerge bajo el escrutinio de la observación. Se alejan del mero referente documental para dar paso a la fusión de elementos que conforman el todo. El color es una fuente fundamental de comunicación en esta serie. La brillantez de la luz, reflejada en las texturas elegidas le consienten fundamentar propuestas concretas de elementos plásticos para recrear sujetos que adquieren dimensiones diferentes según las intenciones de su encuadre. Hay una tendencia hacia la ilusión de movimiento pausado, sereno, que proviene de su experiencia en la filmación de escenas. No hay nada que indique una precipitación hacia el oportunismo casual en lo que al resultado se refiere. La naturaleza como tal no es manipulada para que aporte información adicional; su producto, por lo tanto, brota de un proceso de observación que le permite elegir tomas certeras en las que no pasan inadvertidos ciertos detalles. Lo importante, pareciera traslucir su fotografía, parte de la necesidad de visualizar el entorno de manera objetivamente ordenada. Los cacharros, los desechos elegidos por él como foco de atención fotografiable, resaltan por las variaciones que el tiempo les ha impreso. La corrosión, fundamento del proceso con el que la tierra reabsorbe la materia, sobresale en los casos correspondientes con todos los valores visuales posibles. Dejan de ser sus fotografías el objeto encontrado para convertirse en la moción material dignificada desde su personal punto de vista. Una visión poética se puede intuir en los trabajos que incluyen columnas que parecieran surgir de las aguas que las reclaman y que demuestran su armonía en el contraste logrado. Ruinas, si se quiere pensar de este modo, que absorbidas por el océano remarcan la fragilidad con la que el hombre explota los medios a su alcance. Contrapuestas a éstas y remarcando la tendencia humana para agrupar elementos, destacan las fotografías de dulces envueltos en celofán y las sombras de las cornisas. El conjunto en general, salvo dos obras intervenidas con filtros, mantiene su coherencia lógica ya sea por la temática, los patrones de secuencia o las texturas. Las dos excepciones se complementan al conjunto por su carácter visual. Con ellas pareciera demostrar que si su intención fuera modificar, el trabajo luciría de otra manera. El resultado es igualmente atractivo.
2003
Exposición "Acción Vegetal"
Exposición individual en Galería de Arte y Centro de Documentación El Attico 2003
2004
Exposición "Un Escalón... Otro Encuadre"
Exposición en Galería Cantón Exposición 2004
2006
Exposición "Un Cuerpo... A Puro Tubo"
Exposición individual en Galería Centro Cultural El Sitio 2006 Exposición individual en Galería de Arte y Centro de Documentación El Attico 2007
2015
Exposición "A_Lumina"
Exposición en Galería de Arte y Centro de Documentación El Attico 2015 Enrique Gordillo Castillo La desnudez humana como obra de la naturaleza… Las fotografías de Claudio Vásquez Bianchi muestran composiciones abstractas de formas pétreas y orgánicas que contrastan con la luminosidad y textura de la figura humana. Es un conjunto de composiciones magistrales que muestran lo orgánico y lo inorgánico de los paisajes volcánicos en etapas de transición: Imágenes surgidas de una maleza escasa que trascienden retorcidamente a troncos de árboles, profundamente marcados por las inclemencias del ambiente, en los que se funden y se integran las figuras humanas. La maestría en la composición se aprecia en la identificación de formaciones pétreas que hacen de hornacinas naturales que, enmarcando los cuerpos, contrastan tonos y texturas. Las figuras recrean el movimiento y el juego de luz y sombra de las formaciones naturales. El juego de formas abstractas crea ilusiones interesantes. En algún momento nos parece que las vetas de un tronco viejo se transforman en una figura femenina o que un conjunto de formaciones rocosas asciende acompañando a una figura masculina. Es un conjunto de imágenes que muestran la combinación de formas, texturas y tonos en perfecto equilibrio en los que las formas humanas se recrean en las formaciones rocosas, en los árboles y en el paisaje volcánico. Cuestiones de gusto personal: en esta muestra compruebo una vez más la exquisitez de la fotografía en blanco y negro. También compruebo que la apreciación de la desnudez humana, como obra de la naturaleza, sigue siendo una de las más grandes formas de celebración artística… Mirena Martínez Tuna El 6 de junio El Attico da la bienvenida a la exposición A-LUMINA, la cual será exhibida hasta el 29 del mismo mes. La muestra, sin duda alguna, despoja al ser humano de la arrogancia hacia a un mundo que cree suyo. Más allá de una buena técnica en el uso de la luz, captura de la imagen e impresión, las fotografías evocan la génesis de la humanidad, en donde la tierra es el útero y la madre protectora. La aspereza de la piedra volcánica envuelve un cuerpo desnudo, protegiéndolo, dándole cobijo y refugio. Estas dos fuerzas de la naturaleza confluyen en un escenario en el que parecen reposar, recuperando el vigor para el momento del próximo derroche de energía. Los personajes se funden sobre láminas de metal para mostrarse y llevar a los espectadores lo que el autor, Claudio Vásquez Bianchi, captó con su lente lúcida y sus limpias composiciones. Están invitados a ser testigos de una exposición en la que convergen la rudeza y la fragilidad en un solo rostro, el de la naturaleza desnuda.
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